domingo, 16 de agosto de 2009

Presencia militar de EEUU en Colombia busca acechar el petróleo venezolano

El presidente de la Comisión de Energía y Minas de la Asamblea Nacional, Ángel Rodríguez, destacó que, con el pretexto de combatir el narcotráfico y el terrorismo, "han querido presentar el asunto como de menor cuantía, cuando el trasfondo es la imposición de un esquema de dominio abominable, que busca apropiarse de los mercados económicos y los recursos naturales del continente”.

Las negociaciones que realiza Estados Unidos (EEUU) para reforzar su presencia militar en Colombia, son para acechar el petróleo venezolano y desarticular los movimientos populares organizados que han cobrado fuerza en la región, alertó el presidente de la Comisión de Energía y Minas de la Asamblea Nacional, Ángel Rodríguez. “Para esta nación imperial es más fácil negociar con las oligarquías y políticos apátridas, dispuestos a subyugar los intereses nacionales o continentales a cambio de privilegios", sostuvo. Rodríguez destacó que, con el pretexto de combatir el narcotráfico y el terrorismo, "han querido presentar el asunto como de menor cuantía, cuando el trasfondo es la imposición de un esquema de dominio abominable, que busca apropiarse de los mercados económicos y los recursos naturales del continente”. Venezuela es la mayor reserva de petróleo del mundo. Sólo en la Faja Petrolífera del Orinoco, hay un billón 360 mil millones de barriles de petróleo, cifra superior al billón cien mil millones de barriles consumidos por la humanidad hasta el día de hoy. Rodríguez calculó el 20% de esta cifra, correspondiente al factor de recobro, y sumó el crudo liviano, mediano y pesado del resto del país, para obtener un total de 316 mil millones de barriles, que estarán completamente certificados para el año 2010. Sostuvo que los países industrializados tienen una lucha de larga data por controlar los hidrocarburos del planeta, pues de ello depende el nivel de vida actual de sus habitantes. “Por ello, nada impide que el gobierno de Estados Unidos utilice sus tropas y equipos militares desde sus emplazamientos en Colombia en operaciones de intervención corsaria más allá de estas fronteras, como lo determina su actual doctrina militar y lo hacen prever sus nefastos antecedentes de imperio invasor y anexionista”, acotó. Para el presidente de la Comisión de Energía y Minas, la historia habla por sí sola. Un caso emblemático es la invasión a Irak. Este conflicto fue manipulado por el gobierno de Estados Unidos desde los preparativos para atacar a ese territorio árabe, cuando el entonces presidente George W. Bush acusó a Saddam Hussein de poseer armas de destrucción masiva. “Luego de que se reveló la ausencia de este tipo de arma bélica en Irak, se dejó en evidencia que el genocidio desatado tuvo como objetivo el control del mercado del crudo. Esperaban que tras una guerra corta y un cambio de Gobierno en Bagdad, el intercambio del insumo energético sería más predecible, estable y seguro, y los precios caerían a niveles más bajos”, acotó. Añadió que al desatar esta masacre también buscaban debilitar a la Organización de Países Exportadores de Petróleo (Opep), puesto que pensaron que cuando Irak recobrara la voz y el voto en el seno de la organización, serían más comprensivos con los intereses de los grandes países consumidores de energía. “Otros ejemplos de agresión los encontramos en Afganistán, Ucrania, Sudan, Somalia, la Franja de Gaza, Georgia y Bolivia. El pasado nos enseña que la presencia militar estadounidense en Latinoamérica y el Caribe no es sólo una amenaza terrible a nuestra independencia y autodeterminación como pueblos libres que somos, sino que constituye además un atentado a nuestra dignidad”, concluyó el parlamentario.



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