miércoles, 11 de noviembre de 2009

La anexión de Colombia a Estados Unidos

Cualquier persona medianamente informada comprende de inmediato que el edulcorado “Acuerdo complementario para la Cooperación y Asistencia Técnica en Defensa y Seguridad entre los gobiernos de Colombia y Estados Unidos”, firmado el 30 de octubre y publicado en la tarde del 2 de noviembre, equivale a la anexión de Colombia a Estados Unidos.

El acuerdo pone en aprietos a teóricos y políticos. No es honesto guardar silencio ahora y hablar después sobre soberanía, democracia, derechos humanos, libertad de opinión y otras delicias, cuando un país es devorado por el imperio con la misma facilidad con que un lagarto captura una mosca. Se trata del pueblo colombiano, abnegado, trabajador y luchador. Busqué en el largo mamotreto una justificación digerible, y no vi razón alguna.

En 48 páginas de 21 líneas, cinco se dedican a filosofar sobre los antecedentes de la vergonzosa absorción que convierte a Colombia en territorio de ultramar. Todas se basan en los acuerdos suscritos con Estados Unidos después del asesinato del prestigioso líder progresista Jorge Eliécer Gaitán, el 9 de abril de 1948, y la creación de la Organización de Estados Americanos, el 30 de abril de 1948, discutida por los Cancilleres del hemisferio, reunidos en Bogotá bajo la batuta de Estados Unidos los días trágicos en que la oligarquía colombiana tronchó la vida de aquel dirigente y desató la lucha armada en ese país.

El Acuerdo de Asistencia Militar entre la República de Colombia y los Estados Unidos, en abril de 1952; el relacionado con “una Misión del Ejército, una Misión Naval y una Misión Aérea de las Fuerzas Militares de los Estados Unidos”, suscrito el 7 de octubre de 1974; la Convención de Naciones Unidas contra el Tráfico Ilícito de Estupefacientes y Sustancias Psicotrópicas, de 1988; la Convención de Naciones Unidas contra la Delincuencia Organizada Transnacional, de 2000; la Resolución 1373 del Consejo de Seguridad, de 2001, y la Carta Democrática Interamericana; la de Política de Defensa y Seguridad Democrática, y otras que se invocan en el citado documento. Ninguna justifica convertir un país de 1 141 748 kilómetros cuadrados, ubicado en el corazón de Suramérica, en base militar de Estados Unidos. Colombia posee 1,6 veces el territorio de Texas, segundo Estado de la Unión en extensión territorial, arrebatado a México, que después sirvió de base para conquistar a sangre y fuego más de la mitad de ese hermano país.


Por otro lado, han transcurrido ya 59 años desde que soldados colombianos fueron enviados a la distante Asia para combatir junto a las tropas yankis contra chinos y coreanos en octubre de 1950. Lo que el imperio pretende ahora es enviarlos a luchar contra sus hermanos venezolanos, ecuatorianos y otros pueblos bolivarianos y del ALBA, para aplastar la Revolución Venezolana, como trataron de hacer con la Revolución Cubana en abril de 1961.

Durante más de un año y medio, antes de la invasión, el gobierno yanki promovió, armó y utilizó las bandas contrarrevolucionarias del Escambray, como hoy utiliza a los paramilitares colombianos contra Venezuela.

Cuando el ataque de Girón, los B-26 yankis tripulados por mercenarios operaron desde Nicaragua, sus aviones de combate eran transportados hacia la zona de operaciones en un portaaviones, y los invasores de origen cubano que desembarcaron en aquel punto venían escoltados por buques de guerra y la infantería de marina de Estados Unidos. Hoy sus medios de guerra y sus tropas estarán en Colombia, no sólo como una amenaza para Venezuela sino para todos los Estados de Centro y Suramérica.

Es realmente cínico proclamar que el infame acuerdo es una necesidad de la lucha contra el tráfico de drogas y el terrorismo internacional. Cuba ha demostrado que no se necesitan tropas extranjeras para evitar el cultivo y el tráfico de drogas y mantener el orden interno, a pesar de que Estados Unidos, la potencia más poderosa de la tierra, promovió, financió y armó durante decenas de años las acciones terroristas contra la Revolución Cubana.

La paz interna es prerrogativa elemental de cada Estado; la presencia de tropas yankis en cualquier país de América Latina con ese propósito es una descarada intervención extranjera en sus asuntos internos, que inevitablemente provocará el rechazo de su población.

La lectura del documento demuestra que no sólo las bases aéreas colombianas se ponen en manos de los yankis, sino también los aeropuertos civiles y en definitiva cualquier instalación útil a sus fuerzas armadas. El espacio radioeléctrico queda también a disposición de ese país portador de otra cultura y otros intereses que nada tienen que ver con los de la población colombiana.

Las Fuerzas Armadas norteamericanas disfrutarán de prerrogativas excepcionales.

En cualquier parte de Colombia los ocupantes pueden cometer delitos contra las familias, los bienes y las leyes colombianas, sin tener que responder ante las autoridades del país; a no pocos lugares llevaron los escándalos y las enfermedades, como hicieron con la base militar de Palmerola, en Honduras. En Cuba, cuando visitaban la neocolonia, se sentaron a horcajadas sobre el cuello de la estatua de José Martí, en el Parque Central de la Capital. La limitación relacionada con el número total de soldados puede ser modificada por solicitud de Estados Unidos, sin restricción alguna. Los portaaviones y barcos de guerra que visiten las bases navales concedidas llevarán cuantos tripulantes requieran, y pueden ser miles en uno solo de sus grandes portaaviones.

El Acuerdo se extenderá por períodos sucesivos de 10 años, y nadie puede modificarlo sino al final de cada período, advirtiéndolo un año antes. ¿Qué hará Estados Unidos si un gobierno como el de Johnson, Nixon, Reagan, Bush padre o Bush hijo y otros similares, recibe la solicitud de abandonar Colombia? Los yankis fueron capaces de derrocar decenas de gobiernos en nuestro hemisferio. ¿Cuánto duraría un gobierno en Colombia si anunciara tales propósitos?

Los políticos de América Latina tienen ahora ante sí un delicado problema: el deber elemental de explicar sus puntos de vista sobre el documento de anexión. Comprendo que lo que ocurre en este instante decisivo de Honduras ocupe la atención de los medios de divulgación y los Ministros de Relaciones Exteriores de este hemisferio, pero el gravísimo y trascendente problema que tiene lugar en Colombia no puede pasar inadvertido por los gobiernos latinoamericanos.

No albergo la menor duda sobre la reacción de los pueblos; sentirán el puñal que se clava en lo más profundo de sus sentimientos, en especial el de Colombia: ¡se opondrán, jamás se resignarán a tal infamia!

El mundo enfrenta hoy graves y urgentes problemas. El cambio climático amenaza a toda la humanidad. Líderes de Europa casi imploran de rodillas algún acuerdo en Copenhague que evite la catástrofe. Presentan como realidad que en la Cumbre no se alcanzará el objetivo de un convenio que reduzca drásticamente la emisión de gases de efecto invernadero. Prometen proseguir la lucha por alcanzarlo antes de 2012; existe riesgo real de que no pueda lograrse antes de que sea demasiado tarde.

Los países del Tercer Mundo reclaman con razón a los más desarrollados y ricos cientos de miles de millones de dólares anuales para costear los gastos de la batalla climática.

¿Tiene algún sentido que el gobierno de Estados Unidos invierta tiempo y dinero en construir bases militares en Colombia para imponer a nuestros pueblos su odiosa tiranía? Por ese camino, si un desastre amenaza al mundo, un desastre mayor y más rápido amenaza al imperio, y todo sería consecuencia del mismo sistema de explotación y saqueo del planeta.

jueves, 5 de noviembre de 2009

Acuerdo militar entre EE.UU. y Colombia es una declaración de guerra contra Latinoamérica

La abogada Eva Golinger advirtió que con el acuerdo suscrito entre Bogota Y Washington, Colombia ofrecerá inmunidad a los militares que ocuparán su territorio y destacó que las verdaderas intenciones del gobierno de Washington con este convenio será neutralizar a los ''gobiernos antiestadounidenses''.

El acuerdo militar entre Estados Unidos (EE.UU.) y Colombia es una declaración de guerra para Lationamérica y desmonta la idea de la supuesta lucha contra el narcotráfico y el terrorismo, indicó este miércoles la abogada estadounidense, Eva Golinger.

"Este acuerdo es una declaración de guerra para América Latina (...) se habla de operaciones militares y se habla del tema de narcótráfico como algo secundario", destacó la investigadora en entrevista exclusiva a teleSUR.

Golinger señaló que para la realización de este acuerdo EE.UU. solicitó a su Congreso 46 millones de dólares para mejorar la base de Palanquero, situada en Puerto Salgar, Cundinamarca (centro), presupuesto que ya fue aprobado por el propio presidente de Estados Unidos, Barack Obama, el pasado martes.

La experta estadounidense advirtió que con este acuerdo Colombia hace una entrega total de su territorio a Estados Unidos y ofrece gran inmunidad a las fuerzas armadas de ese país.

"Ni siquiera van a solicitar pasaporte, por lo que los aviones que traen no van a ser revisados por los colombianos", agregó Golinger, quien además manifestó que "no hay manera de saber hasta qué punto crecerá la fuerza militar estadounidense en Colombia".

Dentro del preámbulo del acuerdo se justifica su creación para "promover y facilitar la cooperación regional a fin de contrarrestar las amenazas persistentes a la paz y la estabilidad, como el terrorismo".

"La estrategia no es resolver el conflicto interno de Colombia, sino más bien de movilidad global", añadió la abogada.

La reflexión de Golinger se basa en que Estados Unidos ha instaurado guerras en Irak y Afganistán con la excusa de preservar "la seguridad nacional" y desmantelar a "grupos sospechosos de terroristas".

"Estados Unidos tiene la necesidad de ocupar la base de Palanquero como oportunidad única para neutralizar a la región de los gobiernos antiestadounidenses", puntualizó.

Este martes se hizo público el acuerdo militar que Washington rubricó con Bogota, donde establece un "estatus de inmunidad del personal de los Estados Unidos y sus personas a cargo", lo que le prohibe a Colombia actuar contra los estadounidenses que violen su marco legal.

Los militares que sean sospechosos de actividades criminales en Colombia deberán ser entregados a las autoridades diplomáticas o militares apropiadas de Estados Unidos.

miércoles, 4 de noviembre de 2009

Documento militar demuestra que base colombiana de Palanquero se usará para espionaje en la región

Los gobiernos de Estados Unidos (EE.UU.) y Colombia han defendido el acuerdo militar que establecieron bajo el argumento de que éste buscar "luchar contra el terrorismo y grupos narcotraficantes". Un documento del Departamento de la Fuerza Aérea de Estados Unidos revela que entre las intensiones del pacto está realizar operaciones militares continentales, y también para neutralizar gobiernos considerados "antiestadounidenses" (Venezuela, Bolivia, Ecuador, Cuba y Nicaragua).



Un documento del Departamento de la Fuerza Aérea de Estados Unidos (EE.UU) comprueba que el pacto militar que estableció ese país con Colombia, en especial el referente al acondicionamiento de la base de Palanquero (centro), busca preparar acciones de Inteligencia, Espionaje y Reconocimiento (IER) contra países del continente.

Uno de los subsecretarios del Departamento de Defensa de Estados Unidos (EE.UU.) anunció en agosto, respecto a las negociaciones militares entre Colombia y su país que "lo único nuevo es una inversión de 46 millones de dólares aprobada por el Congreso para reformar la base (colombiana) de Palanquero, que mantendrá las mismas funciones actuales".

La inversión de 46 millones de dólares ha sido ratificada por el documento del Departamento de la Fuerza Aérea de EE.UU. en el segmento "Programa de Construcción Militar - Año Fiscal 2010 – Presupuesto".

El citado segmento detalla que para la Base Aérea Palanquero, Colombia, la "Autorización solicitada en este programa es de 46 millones de dólares".

De acuerdo al texto, Palanquero tiene una "Misión o Funciones Principales", pues "mejora la Estrategia Global de la Postura de Defensa de EEUU, que ordena el desarrollo de una presencia comprensiva e integrada y una estrategia de bases militares alineada con el principio de desarrollar relaciones con naciones socias".

"También apoya a las misiones de movilidad, porque garantiza el acceso a todo el continente, con excepción de la región de Cabo de Hornos, si el combustible está disponible, y más de la mitad del continente sin tener que reabastecer", precisa el texto, con lo que se reafirma la veracidad del Libro Blanco y la Estrategia Global de Movilidad Aérea de la Fuerza Aéra de EE.UU.

El llamado libro blanco de Estados Unidos es un documento público sobre Defensa en el que, entre otras cosas, se definen los niveles de las bases militares a las que EE.UU. puede acceder en otros países.

Según el documento de la Fuerza Aérea de EE.UU., el objetivo de esa potencia es establecer en Palanquero una "Localidad de Cooperación en Seguridad (CSL)".

"Estableciendo una Localidad de Cooperación en Seguridad (CSL) en Palanquero apoyará mejor la Estrategia de Postura del Teatro del Comando Combatiente (COCOM) y demostrará nuestro compromiso con la relación con Colombia", relata el texto.

El documento revela que una vez establecida una "Localidad de Cooperación en Seguridad (CSL)", Estados Unidos obtiene "una oportunidad única para las operaciones de espectro completo en una sub-región crítica en nuestro hemisferio, donde la seguridad y estabilidad están bajo amenaza constante por las insurgencias terroristas financiadas con el narcotráfico, 'los gobiernos antiestadounidenses', la pobreza endémica y los frecuentes desastres naturales".

El desarrollo de esta CSL profundizará "nuestra capacidad de conducir operaciones de
Inteligencia, Espionaje y Reconocimiento (ISR), mejorará el alcance global, apoyará los requisitos de logística, mejorará las relaciones con socios, mejorará la cooperación de teatros de seguridad y aumentará nuestras capacidades de guerra expedita", revela el documento.

Dentro del texto además se destacan las cualidades de la citada base colombiana para cumplir con sus intensiones sobre los países latinoamericanos con gobiernos progresistas.

"Palanquero es sin duda el mejor sitio para invertir en el desarrollo de la infrastructura dentro de Colombia. Su ubicación central esta dentro del alcance de los áreas de operaciones contra-narcotráficas en la Región Andina; su pista excelente y sus facultades aéreas existentes ayudarán reducir los costos de construcción", refiere el documento.

"Su ubicación aislada ayudará las capacidades de Seguridad Operativa (OPSEC) y la Protección de Fuerza y minimizará el perfil de la presencia militar estadounidense. La intención es utilizar la infrastructura existente el máximo posible, mejorar la capacidad de EEUU para responder rápidamente a una crisis, y asegurar el acceso regional y la presencia estadounidense con un costo mínimo", continúa el texto.

Con respecto al hecho de minimizar el perfil de la presencia militar estadounidense en la base, el presidente, Hugo Chávez, principal denunciante de la amenaza regional que implica el pacto entre Colombia y EE.UU., ha explicado en anteriores ocasiones que la potencia del norte, para cumplir sus objetivos, no necesitará mucha presencia militar, pues montará un "centro operacional (estadounidense) que les permitirá cubrir toda Suramérica, con sus aviones, espías, satélites espías, sus cuerpos de inteligencia y contrainteligencia".

Chávez explicó que "las bases estadounidenses en Colombia", tienen como fin, "dominar toda Suramérica", para tomar posesión de sus reservas naturales de gas y petróleo, vegetación y agua dulce, ubicadas en la Franja del Orinoco en Venezuela, la Amazonia que comparten varios países como Perú, Brasil y Bolivia, y el Acuífero del Paraná, en el Cono Sur.

El documento del Departamento de la Fuerza Aérea de EE.UU. le advirtió al Congreso de esa nación de no aprobarse el presupuesto de los 46 millones de dólares para acondicionar la base de Palanquero, se "limitaría severamente la capacidad del Comando Sur para apoyar la Estrategia Global de la Postura de Defensa (GDP) que indica la necesidad del desarrollo de una presencia comprensiva".

Los 46 millones de dólares solicitados para mejorar las instalaciones de Palanquero para que esa base sea usada por las tropas estadounidenses ya fueron aprobados por el Congreso de Estados Unidos este año.

La base de Palanquero ya cuenta con lo necesario para el desarrollo de los diferentes operativos de seguridad, pues se creó hace 75 años, un 27 de octubre, y desde entonces ha estado en funcionamiento, pero el Gobierno de EE.UU, necesita adaptarla para poder realizar las maniobras militares descritas.