miércoles, 8 de abril de 2009

Ganó el dólar: El FMI recicla un "negocio de la crisis" con el endeudamiento del Sur


En las antípodas, el presidente de Venezuela, Hugo Chávez, y The Wall Street Journal, el vocero periodístico más emblemático del sionismo financiero de Wall Street coincidieron: la Cumbre del G-8 pasó "sin pena ni gloria" y solo sirvió para una puesta en escena de un sistema capitalista en crisis y cruzado por profundas divisiones donde EEUU sigue reinando como "un tuerto en el país de los ciegos".
El presidente de Venezuela lamentó que la Cumbre del G-20 no respaldara la creación de una moneda de reserva alternativa al dólar, propuesta por China y Rusia, y resumió sus frustración en una pregunta: "¿Qué se podía esperar de allí?, nada. Una Cumbre sin pena ni gloria".
Para Chávez, uno de los "villanos" ganadores es el FMI y, por tanto, debería ser eliminado en lugar de darle un "lavado de cara".
En el otro extremo, para The Wall Street Journal, los líderes del Grupo de los 20 aplazaron las decisiones más complicadas o se "las traspasaron a organismos internacionales que nunca han tenido una responsabilidad tan grande sobre sus espaldas".
Si bien los líderes prometieron actuar en forma "decisiva" para resolver el tema, "no ofrecieron planes específicos", apunta The Wall Street Journal.
Pero si bien, como sostiene The Wall Street Journal, ni la Unión Europea ni los "emergentes" pudieron imponer sus objetivos de máxima (sustituir al dólar por otra moneda y frenar el poder hegemónico USA), el resultado de la Cumbre arroja un claro triunfo de las posturas de EEUU y Reino Unido, su principal socio estratégico.
A) Mayor poder al FMI como gendarme regulador y controlador del sistema financiero imperial hegemonizado por el dólar como moneda patrón de las transacciones internacionales.
B) Lanzamiento (disfrazado de "estímulos" financieros para superar la crisis) de un nuevo proceso de endeudamiento de los países subdesarrollados, comandado por el FMI, cuyo objetivo es una transferencia en masa de las reservas en dólares acumuladas por los países periféricos durante el "crecimiento económico" hacia los bancos centrales del Imperio, quienes van a utilizar esos fondos para paliar su propia crisis.
C) Sostenimiento del "libre mercado" sin trabas proteccionistas nacionales en los países "emergentes" y "subdesarrollados" de Asia, África y América Latina, destinado a impedir que adopten decisiones de resguardo nacional de sus reservas y de sus recursos para afrontar la crisis global.
Estos tres puntos centrales (aprobados por el G-20) resumen el fracaso contundente tanto de los llamados "emergentes" como de las potencias centrales del euro asociadas a EEUU en la depredación capitalista del planeta.
Ni China ni Rusia pudieron imponer su propuesta de sustituir al dólar por una moneda "supracional", ni las potencias centrales del euro, comandadas por la Francia de Sarkozy, consiguieron imponer sus objetivos de "refundar el capitalismo" dentro de un nuevo "orden mundial" y sin EEUU como potencia hegemónica.

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